La hipocresía de la agenda anti-gay
El Tribunal Supremo de Estados Unidos aprobó el matrimonio gay y -ni corto ni perezoso- en otra acomodaticia movida política, el gobernador Alejandro García Padilla anunció que en 15 días se celebrarán las primeras bodas de parejas homosexuales en Puerto Rico.
Ha transcurrido una semana de la histórica decisión del máximo foro judicial estadounidense y en la Isla se ha desatado una euforia entre la comunidad LBGTT, que incluso anuncia bodas en grupos, a la vez que conocidas figuras públicas de las artes, como la salsera Choco Orta y el actor Jorge Luis Ramos, anuncian que contraerán nupcias con sus seres amados.
Lo que no se ha dicho es que detrás de la legalización del matrimonio gay hay un poderoso andamiaje corporativo que invierte billones en la promoción de un nuevo orden social a nivel mundial.
¿Quién es el lobby gay que en el Planeta promueve el matrimonio entre personas del mismo sexo? ¿Por qué es tan influyente en las naciones? ¿Por qué tiene a la mayor parte de los medios de comunicación en la palma de su mano? ¿Cómo sus tentáculos han tocado a Estados Unidos, cuyo máximo foro judicial acaba de reconocer la validez del matrimonio homosexual? ¿Quiénes son el lobby gay en Puerto Rico? ¿Cómo hipócritamente las Iglesias están a su merced?
Comencemos por identificar a algunas de las empresas que promueven la agenda gay mundial, internacional y localmente: Starbucks y su presidente Howard Schultz. JC Penney, que ha publicado comerciales de familias con dos mamás y dos papás. Target, que comercializó camisetas promoviendo el orgullo gay, donando $120,000 dólares al Family Equality Council, entidad a favor de la cultura LBGTT.
Oreo, la rica galletita de chocolate, circuló imágenes de su producto diseñado con los colores emblemáticos del arcoiris homosexual.
Empresas como UBS, Citi, que representa a parte de los bonistas foráneos o verdaderos dueños de PR, Ebay, Budweiser, HomeDepot, Cisco, Amazon, Microsoft, Apple, Facebook, Google, Morgan Stanley, Nike, Verizon, Levi Strauss & Co. y American International Group (AIG) son otras de una larga lista.
Encuestas e investigaciones a nivel mundial, como las de Experian Marketing Services en 2012, revelan que los ingresos de las lesbianas y homosexuales son mucho más altos en comparación con las personas heterosexuales. Incluso, los gays invierten más en sus nupcias, conforme a lo revelado por un sondeo de TheKnot.com.
Esto es parte de un nuevo orden mundial, impuesto a fuerza de billones de dólares por el lobby gay, poderosos empresarios que adelantan su agenda promoviendo la ideología de la perspectiva de género, que consiste en que la identidad sexual de la persona no es un asunto biológico, sino de construcción sociocultural, que aunque sea varón, si se siente mujer, su género es femenino. También adelantan y promueven el laicismo, trivializando a Dios y excluyéndolo de las instituciones sociales.
Los gobiernos del mundo ceden a la presión económica de estos lobbys pues financian campañas y tienen el poder de desbancar gobernantes y neutralizar o sacar candidaturas de circulación.
Son simpáticos a la opinión pública porque militan en otros frentes, como la protección del medioambiente y la erradicación del hambre.
La Organización de las Naciones Unidas, el aun muy influyente Hollywood, el Gobierno de Estados Unidos y en Puerto Rico, evidente por demás en sus agendas informativas, los medios de comunicación Univisión y GFR Media. También los principales partidos: el PPD, PIP, PPT, la candidata independiente Alexandra Lúgaro y otros. De la lista se insiste que se debe excluir al PNP, aunque a puertas cerradas los militantes de esta colectividad son muy liberales…
Tampoco olvidemos que hasta las mismas iglesias se benefician de los donativos de las corporaciones mencionadas…
Otra pregunta que se debe responder: la oposición eclesial al matrimonio gay, ¿es moralidad extrema u oscurantismo? Ninguna de las anteriores. Es un acto de hipocresía institucional. En la Iglesia Católica y en otras denominaciones parte del clero es gay. Por eso no tuvieron, ni tienen ni tendrán autoridad moral para defender sus doctrinas.
Los protestantes pueden movilizar 250 mil personas, como sucedió en febrero pasado en contra de la implantación de la ideología de la perspectiva de género en el currículo del Departamento de Educación. Si se ponen de acuerdo también podrían decidir el futuro de una elección.
Pero es a las firmas comerciales y las corporaciones mencionadas que son parte o promueven la agenda del lobby gay a quienes realmente duelen las manifestaciones de la masa. Si, por ejemplo, en lugar de marchar contra el Estado, marcharán contra Apple o Microsoft con la resolución expresa de no auspiciar sus productos y convocar a su boicot, con piquetes frente a sus instalaciones y haciendo ruido en las redes, de seguro cederían un poco… Si la masa, ‘masivamente’ y sin contemplación, convocará a un boicot contra ciertos medios de comunicación, de seguro cederían un poco en su agenda propagandística a favor de la cultura gay…
El problema es que el Estado solo ha sido el chivo expiatorio para distraer la atención del indestructible monstruo corporativo de mil cabezas que en tiempos de la globalización, del neoliberalismo de la economía y del postmodernismo moral y ético, devora insaciable e inmisericordemente a los detractores que se cruzan en su camino o tan siquiera se asoman o aventuran a hacerlo…
El resultado, entonces, es la respuesta de las iglesias con la consabida y ya cultural marcha multitudinaria, pero sin el llamado real al boicot económico… La respuesta de las iglesias, si es que se pronuncian, es la demagogia desde el altar; las ofensivas con guantes de seda para no lastimar sus manos, y el enajenante e insultante llamado a la oración sin acción…
Sistemas teocráticos, como el del fundamentalismo islámico, tienen mucho más poder que las instituciones cristianas, pero exacerban su homofobia, su odio al cristianismo y desprecio de Occidente con asesinatos, masacres, genocidios y actos terroristas…
Aun el Estado del Vaticano, en Roma, Italia, un estado teocrático, cede a las presiones del lobby gay en sus provincias, permitiendo y promoviendo con su silencio, interese$, escándalos y contradicciones que el laicismo –doctrina que defiende y promueve la independencia del hombre de cualquier organización o confesión religiosa- siga ganando adeptos.
El pasado viernes la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña calificó como “lamentable” y “errónea” la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos.
En un comunicado de prensa, los tres obispos de la comisión, el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves; el obispo de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río; y el obispo de Fajardo, Eusebio Ramos Morales, aclararon que la decisión “aunque es aplicable al gobierno de Puerto Rico, no aplica a las iglesias, ni a las confesiones religiosas”.
Es cierto. la iglesia católica ni las protestantes unirán en santo matrimonio ante Dios a parejas homosexuales, aunque ¿quién asegura que en ceremonias privadas y domésticas algunos sacerdotes y reverendos lo hagan? Denominaciones cristianas, como la luterana y episcopal, se espera que lo hagan porque lo han hecho en otras jurisdicciones, aparte de que en sus filas clericales militan gays y lesbianas.
La Conferencia Episcopal Puertorriqueña, de cuyo presidente, Arzobispo Roberto González Nieves, la activista LBGTT y productora/animadora del programa “Saliendo del Closet” por WKAQ Univisión Radio, Cecilia La Luz, ha denunciado públicamente en el referido espacio radial, en su página en Facebook y en el programa La Noticia a Fondo, que el prelado alegadamente es gay, se reiteró en que “la decisión judicial anunciada por una mayoría de jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos es errónea porque redefine (el matrimonio) y tergiversa su finalidad y su destino. El matrimonio entre personas del mismo sexo destruye la riqueza de la complementariedad de los sexos y priva a la prole de la figura paterna o materna”, señalaron en el documento.
Hace unas semanas el Papa Francisco, en su mensaje a los Obispos de Puerto Rico en ocasión de su visita ad limina, los exhortó a proteger la familia conforme a la ley natural divina.
Sin embargo, esta lucha no es nueva. Lo que pasa, aludiendo al argot del baloncesto, es que se durmieron en la zona de los tres segundos. Y ahora aparentan defender lo que realmente, más allá de tanta verborrea publicada en cartas, nunca defendieron por la fragilidad de los techos de cristal de algunos y los intereses económicos de otros…
Ahora instan al pueblo a “orar por la familia y el matrimonio entre el hombre y la mujer”, al tiempo que lamentan que la decisión del Supremo aplique a Puerto Rico por su “naturaleza colonial”, colonia que han promovido con su silencio y respaldo solapado al Partido Popular Democrático.
Es bien fácil asumir esta actitud cuando ni moral ni política ni eclesialmente lucharon con dignidad para evitar lo contrario. Moralmente porque parte del clero es gay y los obispos lo saben, aparte de que decenas de curas han sodomizado a menores, un delito según el Código Penal.
Políticamente porque desde los tiempos del Cardenal Luis Aponte Martínez la jerarquía, salvo algunas excepciones, se ha identificado ideológicamente con el Partido Popular Democrático.
Eclesialmente porque ufanados por un falso insularismo y nacionalismo, ni tendieron vínculos sólidos con la Conferencia de Obispos de Estados Unidos cuando lo pudieron hacer ni con el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CeLAM), cuyos documentos aquí han sido letra muerta…
Con la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos muchos y muchas saldrán del closet… Y muchos, buscando la bendición de Dios que imparten los mortales, acudirán a la iglesia luterana o la episcopal, que sí han unido en matrimonio en otras jurisdicciones y que, a raíz de la decisión del máximo foro judicial de la nación dominante, lo podrían hacer aquí…
Anote la fecha del 26 de junio de 2015: primer capítulo de un nuevo orden en Estados Unidos de América que se impone a Borinquen sin el concurso de los constituyentes de la colonia portorricensis…
Después de todo, si tú hij@ te confiesa que es gay o lesbiana, ¿lo lanzarás a la calle; lo desheredarás; lo apedrearás en la plaza o lo que quemarás en la hoguera?
Yo no.
Esta vida es tan corta para condicionar el amor y mucho menos por la caprichosa e hipócrita manipulación de las doctrinas humanas de sectores eclesiales, católicos y protestantes, que juegan a ser Dios con anacronismos que solo sirven a sus mezquinos afanes e intereses de lucro.
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(Jaime Torres Torres es un periodista de más de 30 años de experiencia que dirigió el semanario católico El Visitante.)