Los estragos de la avaricia de John Paulson en la Reserva Natural del Río Espíritu Santo, con la anuencia de los políticos de Puerto Rico

Jaime Torres Torres

Prensa sin censura

Al magnate multimillonario John Paulson no le importa la fauna, flora y especies endémicas en peligro de extinción de la Reserva Ecológica del Río Espíritu Santo en Río Grande.

Lo que le importa es el capital, por eso destruye la reserva que irónicamente fue designada así el 6 de abril de 1982 por el Departamento de Recursos Naturales, cuya secretaria actual Tania Vázquez, nombrada por el fracasado y renunciante gobernador Ricardo Rosselló, es una funcionaria que literalmente ha entregado en bandeja de plata los recursos naturales del País a especuladores del bitcoin y tecnócratas multimillonarios como John Paulson, con la bendición del Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático.

Fuentes de entero crédito, amigas de este medio alternativo, han compartido fotos y videos de la destrucción de la reserva, en cuyos terrenos Paulson edificará villas y apartamentos valorados entre $3 millones y $5 millones.

Esto es lo más reciente que, triste e insólitamente acontece allí, tras los videos en vivo que recientemente transmitimos por Facebook.

No hay dinero que pueda comprar el aire, la tierra y el mar, versa la declaración del jefe indio Seattle, pero los millones de John Paulson sí y con la complicidad de los políticos del PNP y el PPD, como el ex gobernador Alejandro García Padilla, presente junto a Rosselló y el alcalde de Río Grande Ángel ‘Bori’ González en el anuncio el pasado mes de junio de la ‘inversión’ de $60 millones en el desarrollo del complejo Ocean Drive, que alegadamente generaría empleos cuando la realidad es que en semanas recientes se han multiplicado los despidos en su hotel St. Regis, edificado en la Reserva Natural del Río Espíritu Santo.

Las fotos y videos que acompañan esta nota son la evidencia más dramática, elocuente e inequívoca del saqueo, explotación y venta de nuestros recursos. Esto ocurre sin que los amigos del mar y los que defienden las playas del pueblo, entre otros grupos ambientales, se den por enterados y se inmuten.

El capital de Paulson ha arrasado con ciénagas, manglares, humedales y cocotales, santuarios de crustáceos, moluscos, flora exótica y aves endémicas que podrían ser detalladas en otra nota.

“Recomendamos el que esta Reserva se utilice como laboratorio natural, tanto para miembros de la comunidad científica, como también por los estudiantes de nuestro sistema escolar”, suscriben en el documento los biólogos que lo redactaron en 1982 tras un minucioso estudio en el que advierten que el desarrollo sería una ofensa ambiental de insospechadas repercusiones por, además de su valor ecológico y ambiental, ser zona inundable.

Muchos estuvimos muy distraídos con el escándalo del chat de Rosselló en Telegram y en el clamor de su renuncia. Pero mientras eso sucedía nos arrebataban el País.

En St. Regis han violado las disposiciones de conservación de la zona marítimo terrestre y el documento en nuestras manos, que detalla el clima, las características del suelo, la geología, el estuario, la flora y la fauna de la Reserva Natural del Río Espíritu Santo, interpela la lógica y la razón de los políticos que han arruinado a Puerto Rico, manipulados como títeres por el Imperio estadounidense y los grandes intereses, como Paulson, que establecen sus negocios aquí con privilegios contributivos, incentivos y el derecho a explotar la tierra, el aire y el agua a su antojo.

¿Hasta cuándo?

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